30 September 2012

VOLVER AL AMOR

POR MARÍA TERESA MORRESI / 
ESPECIAL PARA BUENA VIDA

“Si la energía negativa puede tener tanto impacto, ¿por qué no la positiva?”, se pregunta Sister Jayanti, directora de Brahma Kumaris en Europa, que visitó Buenos Aires y, en diálogo con Buena Vida, destacó la necesidad de recuperar la espiritualidad para ser más feliz y construir un mundo de paz.

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En tiempo de turbulencias sociales y económicas, el desarrollo de la espiritualidad toma un nuevo giro y se instala en el centro de un movimiento internacional que promueve el reencuentro con sentimientos más vitales, que despierten la potencialidad del alma y el espíritu y merme la preeminencia de la materia.

Sister Jayanti, de la Universidad Espiritual Brahma Kumaris, con sede Mon Abu, India, estatus consultivo en las Naciones Unidas y centros en 120 países, de paso por Buenos Aires, en diálogo con Buena Vida reflexiona acerca de la espiritualidad como herramienta capaz de construir una comunidad más justa y menos violenta.

Jayanti, pelo entrecano, cejas amplias y labios tan generosos como la sonrisa pacífica que ilumina su cara, es directora de Brahma Kumaris en Europa, representante de la institución en la UN en Ginebra, miembro del Consejo del Parlamento de las Religiones.

¿Qué es la espiritualidad?

Espiritualidad significa saber quién soy yo verdaderamente y reconocer los tesoros que tengo en mi interior. Es encontrar mi conexión con Dios, el nexo que me permite cortar los bloqueos que impiden estar bien y ser real. Creo que si un grupo de personas comienza a replantearse volver a la espiritualidad, el sentimiento se contagia y crece mucho más de lo que la gente piensa. La fuerza es poderosa aun cuando se trate de un pequeño grupo. Si la energía negativa puede tener tanto impacto, ¿por qué no la positiva? Sólo hace falta asumir el compromiso. Se necesitan personas comprometidas para generar una transformación mundial significativa.

¿Todos podemos sentirla?

Cada persona tiene un momento único e individual en que siente el llamado de su propia espiritualidad. Somos seres espirituales que vivimos atrapados en el paradigma materialista de la felicidad limitada. Confundimos nuestra identidad con tener y nos olvidamos de ser.

¿Cuál es el camino para encontrarla?

Conocerse más a uno mismo y ser capaz de conectarse con el ser divino. Todas las experiencias de místicos y de religiosos de Oriente y Occidente son similares, realizan la misma descripción (en la India, se ven sacerdotes jesuitas y monjes de diversas creencias que estudian meditación). Otra manera de hacerlo es revisar y trabajar con los valores humanos, que son universales. En 1995, durante un aniversario de la UN, para honrarla creamos una lista de valores universales: respeto, amor, responsabilidad, compasión, libertad, humildad, tolerancia, cooperación, no violencia.

¿Por qué se olvidan esos valores?

La experiencia del silencio es una de las conductas que permiten que surjan los valores. No nos damos espacio para el silencio. Esta es una razón por la cual perdemos el contacto con ellos. Si nos proponemos sentir y pensar, el cambio comienza a ocurrir adentro y afuera de cada uno. La dignidad de las personas depende de los valores que están conectados con el ser interior, con el alma; del respeto y de su práctica.

¿Qué piensa de la sobreoferta de maestros espirituales?

Aparecen algunos positivamente y otros negativamente. Lo interesante es que hay cada vez más individuos que piensan en hacer algo para mejorar la forma de estar en la vida. Quizás aparecen tantos porque ahora está el permiso de hacerlo abiertamente, la libertad para efectuar búsquedas es mayor. Las sociedades están deseosas de conocimiento. Ante tanta búsqueda y sentimientos de desconcierto, pareciera que estamos desconectados con el alma. Estamos alejados del alma, del espíritu, olvidamos los valores. Pero cuando volvemos a conectarnos con lo divino regresamos a ellos.

¿La espiritualidad es igual para todos?

Si, la espiritualidad es la misma para todos. Se dan muchas propuestas sobre cómo llegar o alcanzar la espiritualidad. Pero la espiritualidad es una sola y no se puede empaquetar o vender. Es una elección personal buscarla. La espiritualidad es una opción que elijo para mi vida. Mi percepción es que hay una enorme violencia. El 80% de la gente no tiene recursos suficientes para vivir, gran parte carece de agua, de servicios básicos, de la posibilidad de educarse, de acceder a la salud, a una vivienda digna y de comer. Entre el 30 y el 40% viven por debajo de la línea de pobreza. Si soy un afortunado por formar parte del 20% de quienes tienen acceso a una mejor calidad de vida, debo ver qué puedo hacer para crear mayor justicia. No obstante, ese 20%, a pesar de tener sus necesidades cubiertas, no por eso está más feliz. Muchos se deprimen, sienten insatisfacción e infelicidad. Es decir, las cosas en el mundo no están bien.

¿Qué hacer, entonces?

Es preciso hacer cambios desde uno mismo para generar modificaciones y mejorar la vida. La espiritualidad me recuerda que debo hacer transformaciones, me provee de herramientas para que el cambio suceda. Me gustaría tener una experiencia práctica y viva con Dios. La espiritualidad crea ese camino. Otra estado que se debería lograr es estar bien con la conciencia individual, con uno mismo. Si no siento paz, felicidad y agradecimiento, mis pensamientos son agresivos.

¿Qué sucede con el amor?

Es un tema fundamental. Conectarse con la espiritualidad genera amor. La profunda decepción del hombre en el presente es consecuencia de su separación abismal de Dios. Todos sus miedos y angustias provienen de haber perdido su conexión con su ser original, profundamente pacífico y amoroso. Siendo Dios la fuente de amor ilimitada, el alejarse le trajo desesperanza y violencia. El espíritu humano tiene la necesidad de volver a encontrar su fortaleza original.

¿Qué ocurre hoy con tantas propuestas de espiritualidad?

Hoy, lo falso se propaga como verdad y todo se confunde. Pero si uno se escucha, algo adentro indica cuando se está frente a lo verdadero o a lo falso. Están quienes dicen que nada es absoluto, que se trata de perspectivas individuales. El mundo confunde, pero a medida que desarrollo esa conexión con el ser divino me demuestro qué es lo verdadero. El poder de esa conexión me capacita para seguir el camino del amor. A través de ese vínculo puedo ver dónde hay violencia en mi propia vida.

¿Todos pueden hacerlo?

Todos podemos reconocer y volver a los tesoros internos que son los valores y conectarnos con esa influencia. Es como la semilla latente. Y es la luz del sol la que permite que esa semilla dé frutos y florezca. Sin la conexión con lo divino no es posible que los valores florezcan. Como ahora vivimos en una aldea global, nos unen más que nunca los valores aunque están erosionados.

¿Qué sucede con la religión en el mundo?

Parece haber una declinación de las religiones. Esto se ve desde hace unos 20 años. En algunos lugares, hasta he visto que se venden iglesias porque están vacías o las convierten en salones comunitarios incluso en bingos. No hace mucho ví en Inglaterra que una iglesia se transformaba ¡en un mall!. Este es un tiempo de transición, de cambios, de nuevas búsquedas, necesitado de respuestas.

¿Qué pregunta recurrente le hace la gente?

Una es si hay cosas en las que creer y en qué creer. En general, dicen que aún creen en Dios, pero ya no hay tanta confianza en la religión tradicional o establecida. Hasta se observa un incremento en la inclinación hacia las supersticiones. Esto, para mí, es un indicador de la profunda necesidad de creer, pero no se sabe a quién creer ni en qué. Hay algo que divide: gestos, escrituras e ideas.

¿Cómo se rompe esa brecha?

Las religiones están muy divididas. Es preciso hacer un viaje interior de acuerdo a la tradición propia de cada uno. Existe un punto de acuerdo entre todas las experiencias místicas y valores compartidos. La espiritualidad está en el punto central. Es lo que nos une a todos, la espiritualidad se comparte y es común a todas las creencias.

¿Cómo influye la meditación?

En BK enseñamos a meditar como una herramienta de autoconocimiento y transformación personal. La meditación permite que emerja nuestra conciencia verdadera, quiénes somos en realidad, para liberarnos de creencias que nos condicionan y dieron entidad a nuestra falsa personalidad. Enseñamos la filosofía raja yoga como un camino de esfuerzos espirituales compartidos tendiente a crear un mundo mejor desde la autotransformación


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